Abril y Mayo son los meses más elegidos para cambiar la ropa de invierno a verano. No sólo la que nos ponemos, también la de cama. Guardar edredones y mantas es una tarea que cada año se repite planteando los mismos problemas: el lavado previo y el almacenaje posterior.
Aunque la gran mayoría externaliza la limpieza de edredones, es posible hacerlo en casa y es más sencillo de lo que se cree. Así debes hacerlo en función del tipo de ropa de cama que tengas.
Los expertos coinciden: el mejor momento para lavar la ropa doméstica, en concreto la de cama, es en primavera y verano, cuando ya hace calor y las prendas se secan mucho más rápido y al aire, sin necesidad de utilizar secadoras, con los problemas que conllevan a su vez.
Lavar los edredones es más fácil de lo que parece. De hecho, con tener claro el tipo de edredón que tenemos entre manos y conocer nuestra lavadora es suficiente para llevar a cabo esta operación con éxito en casa y así ahorrarnos la tarifa del establecimiento que nos lo hiciera hasta ahora.
Lo que debes saber antes de empezar
Lavar el edredón en casa sólo es posible si la etiqueta así lo sugiere. Suele tratarse de la mayoría de los casos, sin embargo, por el tipo de relleno existen algunos nórdicos que el fabricante recomienda lavar en seco.
Por ello, el primer caso antes de comenzar es consultar detenidamente las instrucciones de lavado especificadas en la etiqueta.
El segundo paso, debemos verificar con atención que el edredón no tenga ningún roto o descosido en alguna parte, ya que podríamos destrozar el nórdico.
Cómo lavar un edredón en casa
Una vez hemos consultado las instrucciones de lavado del fabricante, debemos tener dos detalles en la cabeza: el tipo de detergente y el lugar de lavado.
-- Si nuestro edredón está hecho de algodón, como ocurre en casi todos los casos, resulta conveniente utilizar detergentes y jabones suaves, así como evitar el uso de suavizante (no es necesario y puede llegar a estropear el edredón).
-- En cuanto al tamaño, en el caso de nórdicos que no superen 120 centímetros de ancho, podemos lavarlos en la lavadora (siempre y cuando se haya comprobado previamente la capacidad del tambor). En casos de mayor tamaño, los expertos recomiendan llevar a cabo el proceso en una bañera.
Instrucciones de uso para edredones de algodón
El orden de los factores es muy importante en este caso. Lo primero que haremos será colocar el detergente en la lavadora. Es importante disolverlo correctamente con agua tibia antes de introducir el edredón.
En la lavadora, deberemos cumplir con dos fases. Para lavarlo, utilizaremos el ciclo “delicado” de la lavadora. Finalizado el programa de lavado, lo colocaremos nuevamente en la lavadora para enjuagarlo y así asegurarnos de que no quede ninguna traza de detergente en el edredón.
Secado. Podemos hacerlo de dos maneras: o bien a temperatura media en la secadora o colgarlo en el tendedero para que se seque al aire, circunstancia que favorecen las buenas temperaturas de esta época del año.
Instrucciones de lavado para edredones rellenos de plumas
Los edredones rellenos de pluma se lavan prçacticamente del mismo modo que los rellenos de algodón o material sintético.
Los expertos coinciden que no resulta recomendable utilizar ni detergentes normales ni suavizantes. Lo mejor es que lo hagamos con agua tibia y un jabón suave (uno de manos sería el más indicado).
Una vez cumplido este paso, el enjuagado es el secreto para un buen resultado. Es importante hacerlo al menos tres veces para que no queden residuos de jabón, ya que las plumas retienen más residuo que el algodón.
Antes de tenderlo, es mejor escurrirlo. La técnica más acertada consiste en hacerlo apretándolo con suavidad, hasta que se elimine el exceso de agua.
El secado, igual que el lavado, es el mismo que en el caso de los nórdicos de algodón.
Lo que nunca debes hacer
-- Utilizar lejía en el proceso para eliminar más suciedad es uno de los errores más frecuentes y más dañinos para la prenda. Los edredones son ropa delicada y deben ser manipulados como tal para preservarlos como el primer día.
-- Tenderlos al sol. La intensidad del sol en sus horas más fuertes puede generar manchas amarillas. Lo más recomendable es ponerlo a la sombra.